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DÍA INTERNACIONAL DE LA COOPERACIÓN
La cooperación como estrategia en la sociedad Yaghán
Un grupo del CADIC investiga mecanismos de cooperación que prevalecían frente a los de competencia en un pueblo originario de Tierra del Fuego.
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La sociedad occidental parece demostrar día a día que la competencia es el único camino para el crecimiento y el desarrollo, tanto individual como colectivo. Así se habla a diario en los medios de comunicación de la competitividad del país en los mercados internacionales, se endiosan a jugadores y equipos deportivos según sus logros en diversos torneos y se enseña a los niños y niñas las diferentes maneras para ser mejores. El Día Internacional de la Cooperación –celebrado el primer sábado de julio- invita a pensar a qué tipo de modelo alternativo responde este valor, qué realidades trae aparejadas y propone que “En un momento en que la desigualdad crece en el mundo, es bueno recordar que existen otras soluciones” (Naciones Unidas).
En el Centro Austral de Investigaciones Científicas (CADIC, CONICET), los investigadores Ivan Briz i Godino y Myrian Álvarez, en colaboración con equipos europeos, estudian las estrategias de cooperación que se daban en el pueblo Yaghán o Yámana, originario de Tierra del Fuego y qué rol cumplían en dicha sociedad. Este estudio busca conocer qué llevaba a cooperar o a competir a las personas de este grupo a través de una combinación de técnicas tradicionales de etnoarqueología, con métodos novedosos de simulación a través de computación en contextos complejos.
La sociedad Yámana era un grupo cazador-pescador-recolector que, mediante el uso de canoas, tenía una amplia capacidad de gestión y explotación de recursos marinos en Tierra del Fuego. Este grupo, basaba su alimentación en la pesca, caza y recolección de frutos y animales del medio marino. Según las fuentes etnográficas del SXIX, en general, vivían en pequeños grupos que trasladaban frecuentemente su lugar de residencia. Sin embargo, diversos estudios y fuentes históricas señalan que también estos grupos se reunían y convivían durante algún lapso, a través de lo que se conoce como eventos de agregación. La causa más frecuente de estas reuniones era el varamiento de alguna ballena o banco de peces en las costas, lo que significaba una abundante fuente de alimento que podía proveer a un conjunto de grupos familiares. Quien encontraba este tesoro debía llamar mediante señales de humo a las comunidades cercanas para compartir el banquete y propiciar esa reunión
En particular, Briz i Godino y Álvarez analizan aquellas situaciones en las que alguna persona se encontraba con una ballena varada. Estos eventos ocurrían esporádicamente y eran impredecibles, por lo que el hallazgo era también fortuito ¿Qué los llevaba a individuos a compartir este recurso y generar así un espacio de reunión colectiva, donde se fortalecían los lazos y normas sociales, en lugar de acumularlo para sí y su grupo más inmediato, tal como indicaría una lógica más competitiva?
Las primeras descripciones de la gente Yaghán o Yámana, realizadas por etnógrafos, viajeros, misioneros y marinos, señalaban que estos eventos se daban regularmente y que respondían a un sistema de castigos y recompensas que promovían la colectivización del hallazgo.
El estudio desarrollado por Álvarez y Briz i Godino generó un mundo virtual en donde la gente Yagán debía tomar la decisión de compartir o no una ballena varada en la costa del canal Beagle. Se realizó una secuencia de 10 mil experimentos de simulación computacional en donde, se puso a prueba la hipótesis de una estrategia cooperativa para asegurar la reproducción y el fortalecimiento del sistema social de estos pueblos.
Los experimentos y la simulación
Álvarez y Briz i Godino, junto a colegas de la Universidad de Burgos y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de España generaron un Modelo Basado en Agentes (ABM por su nombre en inglés: Agent-Based Models) para poder realizar simulaciones que mostraran si en la sociedad Yaghán predominaban las estrategias de competencia o de cooperación en situaciones concretas.
“El ABM identifica y determina los elementos relevantes del sistema de estudio (aquí, la cooperación Yámana ante el varamiento de una ballena) y cómo interactúan entre sí. Procedemos a construir un mundo virtual y en él que se ubican agentes, quienes desarrollan comportamientos para interactuar con el ambiente y entre sí, en base tanto a las propias normas sociales históricamente conocidas, como la posibilidad de vulnerarlas. El programa desarrolla una larga secuencia de múltiples simulaciones, posibilitando a las agentes activas que consideren sus experiencias previas, para poder así observar las diferentes interacciones y obtener conclusiones generales a cerca de la evolución de la cooperación a lo largo del tiempo”, explica Briz i Godino.
Este mundo virtual se recreó en base a los registros etnográficos y etnohistóricos, incluyendo, además, las diferentes características y las variables que deberían tener en cuenta las agentes Yámana antes de decidir si compartir o no un recurso abundante pero excepcional: cuál es el premio por compartir, cuál el castigo por no hacerlo, qué probabilidades existen de ser descubierto, según el sitio dónde se haya encontrado la ballena, entre otras. “Recreamos así la aparición esporádica de ballenas varadas, permitiendo a las personas que la descubren, en base a su propia experiencia y normas sociales sobre la obligación de compartir, tomar la decisión de avisar a otras personas para agregarse y compartir la ballena o no”, describe Álvarez.
Luego de realizar esta secuencia de 10 mil experimentos, la investigación concluyó en una evolución de la población Yaghán en que, efectivamente, predominaban las acciones cooperativas frente a las competitivas. Los resultados de las pruebas les permitieron concluir, además, que “En primer lugar, los mecanismos para decidir cooperar o no están relacionados a la necesidad: si es imprescindible para sobrevivir, la tendencia predominante será no compartir. En el caso Yámana, las ballenas no eran imprescindibles como alimento por lo que no sería el caso”, comenta Briz i Godino.
En segundo lugar les permitió inferir que “dado que el prestigio era un elemento relevante en la vida social Yaghán, la necesidad de mantenerlo u obtener más generan una estrategia cooperativa que termina beneficiando a todo el mundo”, explica Álvarez.
Por último, pudieron concluir que “la gente Yámana poseía canoas que conferían gran movilidad lo cual hacía más probable descubrir ballenas varadas y descubrir gente que no avisó. Es decir: a mayor posibilidad de descubrir a la persona que no coopera, mayor tendencia hacia la cooperación, puesto que existe un doble refuerzo de las normas sociales: bien por el castigo para quien no coopera, bien porque al realizar una agregación cooperativa, la norma de cooperación se refuerza. En defintiva, la mejor manera de potenciar un contexto social de cooperación es cooperando, es mostrando su eficacia”, describe Briz i Godino.
Conclusión
De cualquier manera, lo interesante de este tipo de investigaciones, en el día de la Cooperación, es demostrar que existen y existieron culturas en las que prevalecían las estrategias cooperativas por sobre las competitivas y que esto redundaba en un beneficio colectivo tendiente, no sólo a supervivencia de la especie humana, sino también de las diferentes formas culturales. En este sentido, el investigador afirma “una ballena varada es, en este contexto, mucho más que alimento: es una magnífica oportunidad para reunirse y reforzar las relaciones del grupo. Desde realizar ceremonias hasta distribuir información. Una ballena no era sólo alimento y materia prima para confeccionar instrumentos: sobre todo es una oportunidad para reforzar la solidaridad”.
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Por Mariela López Cordero - CADIC