Para el #MesDelInvestigadorCientífico 2021, el #CadicEnRed presentó a algunos de sus investigadores e investigadoras:

 

Rosina Soler

"Ser científica me parecía una utopía, pero en 2007, me inserté en el CADIC y ese sueño empezó a concretarse. Hice mi Doctorado en relación a nuevas propuestas de manejo forestal sostenible en Patagonia Sur, bajo la dirección de Guillermo Martínez Pastur y Ma. Vanessa Lencinas. Mi investigación sobre la ecología forestal y la interacción con las actividades productivas (como forestal o ganadera), busca ampliar el conocimiento sobre los bosques nativos de Tierra del Fuego como base para combinar formas de producir y conservar el bosque al mismo tiempo. Entendí que la interacción de científicos con productores, emprendedores y gobierno, es fundamental (aunque no siempre simple) para proponer e implementar usos productivos del bosque que incluyan otros aspectos como los ciclos naturales del bosque, la flora y fauna, en el marco de un manejo forestal a largo plazo. El conocimiento sobre nuestros bosques nativos es fundamental, pero, por sí solo no es suficiente para incidir en las decisiones de manejo. Es necesario dejar el “pedestal” de investigador científico, salir de la oficina, abrir el oído y escuchar otras percepciones y saberes. Aprender a trabajar “con”, en lugar de pretender ser quienes tenemos todas las respuestas, es el camino para contribuir a la construcción de un mundo mejor."


Gustavo Lovrich

"Vine a Ushuaia buscando salir de Buenos Aires y la primera oportunidad laboral que se me presentó fue una beca de doctorado en el CADIC. Llegué en septiembre del ´87 sin tener mucha idea de qué era CADIC, ni el CONICET y la única referencia (desactualizada) que tenía de la ciudad era el libro “La Australia Argentina” de Pairó. En esa época Ushuaia era todavía muy chica y en el CADIC éramos muy pocos también. Cuando terminé mi tesis doctoral hice un posdoctorado en Canadá y volví en el 95 con mi familia, ya con la certeza de que Ushuaia era nuestro lugar en el mundo. Estábamos en plena década menemista y habían cerrado los ingresos a carrera de investigador. Sin embargo, pude volver a trabajar en el CADIC con beca de posdoctorado, refloteé el Laboratorio de Crustáceos y Ecosistemas Costeros que todavía dirijo y, en 1997, finalmente, obtuve el cargo de investigador científico. Para ser científico hay que ser curioso, muy curioso, querer saber los porqué. En el ejercicio de esta carrera uno encuentra muchas satisfacciones en la utilidad de lo que hace, aunque también hay desencantos cuando la razón no prevalece en algunas decisiones políticas. Pero así también es la esencia humana, contradictoria."


Mariano Diez

"Mi historia en el CADIC se inició en 2004, cuando vine por primera vez a Ushuaia a realizar una pasantía que terminó siendo mi trabajo final de la licenciatura en Ciencias Biológicas de la Universidad Nacional de Mar del Plata. En ese momento quedé maravillado con el lugar y la ciudad y, junto con mi pareja y compañera de caminos, decidimos postularnos a una beca doctoral para trabajar en el CADIC. Ambos tuvimos la suerte de acceder a la beca y en 2006 nos radicamos en Ushuaia para iniciar nuestras carreras científicas. El Laboratorio de Crustáceos y Ecosistemas Costeros, en el cual trabajé durante la tesis -y del que sigo formando parte-, sumado al Centro y al lugar, no hicieron más que arraigar mi vocación. Terminado el doctorado y una beca posdoctoral, decidí postularme para ingresar a la Carrera de Investigador Científico, cosa que logré en 2014, después de algún intento fallido. Actualmente, soy investigador y desarrollo una línea de investigación sobre ecología acústica que se complementa muy bien con la ecología marina. Iniciar esta línea ha sido un desafío enorme, ya que es una disciplina poco desarrollada en el país, sobre todo para responder preguntas ecológicas. Me siento orgulloso de dedicarle tiempo y esfuerzo a esta carrera que, desde mi punto de vista, no es sólo un trabajo, es una forma de vida."


Irene Schloss

"Vinimos con Gustavo, mi marido y socio, en 2017, después de varios años como investigadora en el Instituto Antártico Argentino, en CONICET –pasando por Ushuaia antes o después de cada campaña antártica- y en el exterior. En particular, durante más de una década estuvimos en Canadá, aunque siempre mantuve mi nexo antártico y con el país. Es esa misma conexión lo que me empujó a volver, por la certeza de que queda tantísimo por hacer y conocer en Argentina, en especial en las áreas temáticas en las que puedo aportar con mi trabajo: los ambientes costeros, la ecología del plancton y su relación con el cambio climático. Y si este trabajo sirve a las necesidades locales, mejor todavía. Por eso me llena de satisfacción poder estar colaborando con la Secretaría de Pesca y Acuicultura de la Provincia en la problemática de la marea roja. Formar un grupo de trabajo en estos temas y, en particular, dirigir estudiantes y becarios transmitiendo el entusiasmo y los valores con los que trabajo, me parece fundamental para que el conocimiento avance y es una parte central de mi trabajo en el CADIC."


Cristian Lorenzo

"Originalmente soy de Buenos Aires, donde estudié Relaciones Internacionales -licenciatura y doctorado- e hice una maestría en Ciencia Política y Sociología. En 2012, después de doctorarme, nos vinimos a vivir a Ushuaia para trabajar en el Laboratorio de Recursos Agroforestales del CADIC e ingresé a carrera de investigador en 2014. Me dedico al estudio de la política ambiental internacional y busco comprender la dimensión política asociada a la protección y conservación de la biodiversidad en la Patagonia y la Antártida. Ser investigador es para mí asumir una función y responsabilidad en la sociedad, entendiendo que el conocimiento científico puede contribuir a transformar nuestro presente como sociedad. La generación de conocimiento científico y la gestión de políticas públicas pueden mejorar el entorno en el cual vivimos y el gran desafío es tender puentes entre estos dos ámbitos. Con este objetivo, actualmente, trabajo en la Secretaría de Malvinas, Antártida, Islas del Atlántico Sur y Asuntos Internacionales del Gobierno Provincial de Tierra del Fuego, donde asumí el rol de Director Provincial de Proyectos Antárticos."


Andrea Coronato

"Vine a Ushuaia para hacer mis becas doctorales en el CADIC en 1987, en el Laboratorio de Geomorfología y Geología del Cuaternario, en el que continúo. Por cuestiones varias, la obtención del doctorado, indispensable para ingresar a la carrera del investigador científico, sufrió alguna demora. No obstante, seguí formando parte del grupo de trabajo como profesional realizando tareas de apoyo, pero también tareas científicas. En el grupo investigamos sobre cómo era el ambiente, el paisaje, el clima y la vegetación durante el último millón de años en la Isla Grande de Tierra del Fuego. También desarrollamos investigaciones con arqueólogos para conocer la geografía en la que se desarrollaba la actividad humana en los últimos 10 mil años. Luego de que CONICET abriera nuevamente las convocatorias, en 2004 ingresé como investigadora. A pesar de las dificultades estoy satisfecha con el trabajo realizado ya que he podido progresar académicamente, formar recursos humanos, dedicar tiempo y esfuerzos a la gestión de la ciencia. Sigo desarrollando proyectos de investigación y mi proyección es continuar generando nuevo conocimiento sobre el pasado y presente geomorfológico del sur del Hemisferio Sur. El desarrollo de mi carrera científica no hubiera sido posible sin la pertenencia a un grupo de trabajo con un fuerte entramado y sin el apoyo permanente del CADIC, institución de la que formo parte con mucho orgullo."


Santiago Ceballos

"Hice la primaria en la Escuela 1 y la secundaria en el José Martí. En segundo año, con un compañero, empezamos una pasantía en CADIC que duró todo el secundario. En 1999 me fui a estudiar Biología a Buenos Aires y volví a Ushuaia en 2006 para hacer el doctorado bajo la dirección de Daniel Fernández. Él integraba el laboratorio en el que había hecho la pasantía, se había ido al exterior y, en ese entonces, estaba de nuevo en el CADIC, trabajando en genética, que era lo que me interesaba. Luego hice una estadía en Suiza para el posdoctorado y, ya como investigador, trabajé en Estados Unidos. Además de mi trabajo científico y como profesor de la UNTDF, coordino la parte técnica y académica en Tierra del Fuego del proyecto PAÍS. Analizamos la genética de las variantes del SARS-Cov-2 existentes en Argentina, para conocer su evolución, circulación y mutaciones. Poder dedicarme a hacer ciencia en el lugar donde crecí es un privilegio que ojalá muchos y muchas más puedan tener en un futuro. Y colaborar desde la ciencia en una situación tan compleja como la que estamos atravesando también es un privilegio. Todos queremos ayudar a sobrellevar la pandemia lo mejor posible, y poder aportar un grano de arena desde mi especialidad es un placer."


Alejandro Montes

“Ingresé a la carrera del investigador científico en el CONICET hace apenas unas semanas, pero pienso que el camino hasta aquí no comenzó con mi formación académica ni como becario, sino mucho antes. Desde muy chico tuve la suerte de conocer distintas zonas de la cordillera de los Andes y de la Patagonia extraandina. Esto me puso en contacto desde niño con ambientes naturales y paisajes diversos, lo cual despertó en mí una enorme curiosidad por conocer su origen y su historia. Esta curiosidad y la afinidad con las actividades al aire libre hicieron que elija la carrera de geología, la cual disfruté enormemente. El desafío de utilizar el intelecto y los conocimientos adquiridos para resolver problemas científicos o ambientales me resultó muy atrayente. Luego de trabajar en ámbitos públicos y en empresas privadas vinculadas a la industria hidrocarburífera decidí optar por involucrarme nuevamente con la Universidad y por insertarme en el sistema científico. Esto implicó resignar muchas comodidades económicas y afectivas. Fue elegir el camino más difícil pero también el más desafiante y aventurado. Aprender y generar conocimiento requiere esfuerzo y sacrificios, pero disfrutar de las actividades que ocupan mi día a día no tiene precio.”


Nélida Pal

"Estudio la tecnología de piedra -lítica- de pueblos originarios de la Costa Atlántica de Tierra del Fuego. Vine a CADIC en el 2007 porque aquí están las dos referentes nacionales en la metodología que me interesaba, Estela Mansur y Myrian Álvarez -quien fue mi directora de doctorado-. Por mi tema de investigación empecé a estudiar los productos que consumían estos pueblos y ahí conocí la variedad de recursos que ofrecen el mar y el bosque fueguino, sus aportes nutricionales y los usos que hacían los pueblos que habitaban la isla. Entiendo la alimentación como un acto político y comencé a interiorizarme en la Soberanía Alimentaria; el derecho de los pueblos de decidir qué comer, cómo comer y dónde adquirir los alimentos. Allí, junto a USIN empezamos a ver que en la isla no hay Soberanía Alimentaria y, entre otras acciones, generamos un grupo de huertas agroecológicas que funciona en la Biblioteca Popular Alfonsina Storni Ushuaia, de la que también formo parte. En estos colectivos aporto a la construcción de conocimientos desde mi formación científica, junto a otros/as académicos/as, profesionales, productores/as rurales, miembros de comunidades de pueblos originarios y vecinos/as. Creo que es fundamental, como investigadores/as, hacer ciencia digna, acompañar los cambios que están ocurriendo y lo que reclama la sociedad."


Christopher Anderson

“Soy originalmente de EE.UU., pero desde los 22 años he desarrollado mi vida profesional en la Patagonia. Por muchos años trabajé en la parte chilena de Tierra del Fuego, pero cuando me casé con Alejandro Valenzuela en 2012, decidimos radicarnos en Ushuaia porque en ese momento la Argentina nos garantizaba mayores derechos que EE.UU., donde aún no existía el matrimonio igualitario. Además, Alejandro había hecho su doctorado en ecología en esta ciudad, y desde CADIC y la UNTDF yo también tenía la oportunidad de consolidar mi carrera. Luego, esta plataforma me permitió proyectar nuestra aproximación ‘socio-ecológica’ para estudiar y manejar los problemas ambientales a los nivel nacional, latinoamericano y global. Incluso, desde 2015, soy 'experto' argentino ante la Plataforma Intergubernamental de Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos (IPBES), lo cual me ha dado una perspectiva internacional de la integración de la conservación con el bienestar social.”


Marilén Fernández

"Cursé el primario en la Escuela N°16 y el Colegio Don Bosco y el secundario en el Colegio Nacional de Ushuaia. Ya desde el secundario que tengo una afinidad con el CADIC, debido a que mis profesores eran investigadores y becarios, en aquel entonces, de esta institución. Recorrer los laboratorios era algo sumamente interesante para mí, y el haber tenido la oportunidad de conocer la labor de un arqueólogo contada en primera persona antes de terminar el secundario fue determinante en la elección de la carrera. Luego de estudiar en La Plata y recibirme, volví a Tierra del Fuego, por unos meses, ya que estuve casi un año en Suecia haciendo una pasantía para aprender y perfeccionar distintas técnicas para poder estudiar mejor el que sería mi tema de tesis doctoral: ¿Cómo eran los ambientes de Patagonia Meridional, Tierra del Fuego e Isla de los Estados en los tiempos de las primeras ocupaciones humanas? Esta fue una experiencia sumamente enriquecedora a nivel profesional y personal. Posteriormente, realicé mi doctorado y posdoctorado en el CADIC, donde, desde el 2015, me desempeño como investigadora de CONICET. Desarrollar el trabajo científico en este lugar implica desafíos constantes pero a la vez, cuando los resultados llegan, la satisfacción es enorme."


Pablo Torres Carbonell

"Soy fueguino, nacido en Río Grande. De chico siempre me gustó el campo de Tierra del Fuego, la montaña, estar al aire libre y por eso elegí estudiar geología. Durante mi carrera se volvió un sueño dedicarme a desentrañar la historia que cuentan las rocas en Tierra del Fuego. Por suerte el CADIC me dio esa oportunidad, abriéndome las puertas como becario desde abril de 2005 y, unos años después, como investigador científico. Poder dedicarme a lo que me gusta en el lugar que nací y que tanto quiero es verdaderamente un regalo, un privilegio. Y por eso trabajar a pesar de las dificultades que nos presenta el mundo actual, se convierte en una responsabilidad.
Hoy estoy intentando formar un grupo de trabajo que se integre a la larga trayectoria del Laboratorio de Geología Andina, donde buscamos dar respuestas a inquietudes geológicas tanto en el ámbito académico como el aplicado, extrayendo de las rocas información que nos permita gestionar mejor nuestros recursos naturales."


Myrian Álvarez e Ivan Briz I Godino

“Nos conocimos en el CADIC, realizando nuestras tesis doctorales orientadas al análisis de la tecnología de los pueblos originarios de Tierra del Fuego. Desde ese momento y hasta el presente, trabajamos con el resto de nuestro equipo en diversos proyectos sobre estos pueblos y su relación con el mar y los recursos marinos; tanto en el canal Beagle como en la costa Atlántica. En el 2013 esa “cooperación” fue a “más”: formamos una familia, e Ivan se radicó en Tierra del Fuego.
En nuestros proyectos siempre hay colaboración con investigadoras e investigadores de diversas disciplinas y países: Colombia, Noruega, España, Estados Unidos, Inglaterra… Eso ha enriquecido tanto al equipo como a sus proyectos: disponer de múltiples miradas distintas, formas diferentes de plantear la ciencia, y alternativas para encontrar instrumentos o soluciones. Creemos que el trabajo en equipo es fundamental para el avance del conocimiento y colaborar con colegas nos enriquece como científicos/as y como personas. Estamos convencidos que cooperar es la base para nuestro futuro como especie, en todos los ámbitos, y nuestros estudios acerca de las formas de organización de los pueblos originarios demuestran que formas de vida signadas por la cooperación, más que por la competencia y la competitividad, son posibles y funcionan. Para analizar esas realidades, trabajamos tanto en arqueología como en etnohistoria.
Siempre nos fascinó el mundo de los grupos cazadores-recolectores porque ese tipo de sociedad es el 90% de nuestro pasado, y donde se conforman gran parte de los rasgos fundamentales de cómo nos relacionamos las personas. Tenemos mucho para aprender sobre y desde los pueblos originarios. Entender el pasado es la clave para resolver las dificultades de nuestro mundo presente, y trazar ideas para el futuro."


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