Divulgación científica

REC, de Fabricio Ballarini: el libro del investigador que sorprende y se sorprende


La publicación recopila sus experiencias de investigación y de comunicación de la ciencia. El estudio del cerebro humano es su punto de partida para salir del laboratorio y contarle a la sociedad cómo recordamos y olvidamos.

Rutina, novedad, recuerdo, cerebro, memoria, sorpresa, educación, aprendizaje, laboratorio, olvido y verdad son algunos de los conceptos que desfilan por las casi doscientas páginas de “REC: Por qué recordamos lo que recordamos y olvidamos lo que olvidamos”, el primer libro del Dr. en biología Fabricio Ballarini, investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), que se publicó en agosto del año pasado.

Fabricio reparte su tiempo entre el Laboratorio de Memoria del Instituto de Biología Celular y Neurociencias “Dr. De Robertis” (IBCN, CONICET-UBA) y las tareas de comunicación científica que realiza: es el creador de las Jornadas “Educando al Cerebro (EaC)” -con las que acaba de viajar a Uruguay y disertó ante más de 900 personas-; está preparando un libro junto al equipo de oradores de EaC para contar la experiencia del ciclo que ya va por su cuarto año de vida; y hasta el año pasado participaba como columnista científico en “Mala mía”, programa radial conducido por Mario Pergolini en la multiplataforma Vorterix . Este año su cara quedará inmortalizada en micros audiovisuales sobre diversos temas científicos, que estarán disponibles de forma online en dicha plataforma.

Si bien participa en muchos proyectos no se olvida de su trabajo de laboratorio: “Sin investigación no tengo sustento para contar absolutamente nada, así que no me gustaría quitarle tiempo. Durante los últimos dos años trabajé horas extras en mi casa, incluso los fines de semana. No lo tomo como un castigo sino como algo sumamente motivante”, explica Ballarini, para quien su vida es un torbellino de desafíos.

“En ningún momento de la tesis de licenciatura o del doctorado había tenido como objetivo escribir un libro, hacer comunicación científica en una jornada para docentes o estar en la radio”, sostiene Fabricio. En el año 2009, mientras todavía era becario doctoral del Consejo y estudiaba en su laboratorio de qué manera se forman las distintas memorias, se acercó a una escuela primaria de la ciudad de Avellaneda –provincia de Buenos Aires-. Todos los hallazgos obtenidos por el Laboratorio de Memoria donde él trabaja se habían obtenido, hasta ese momento, estudiando el comportamiento de animales; su objeto de estudio nunca había sido el ser humano. Pero Fabricio quiso comprobar si se podía mejorar el aprendizaje y la memoria directamente en estudiantes. Con esa inquietud empezó el desafío que luego desembocó en las Jornadas de Educando al Cerebro y que, finalmente, inmortalizó en REC.

El proceso de escritura

En “REC” el lector se sumergirá en la historia de Ballarini, de cómo llegó a querer transmitir a la comunidad educativa el deseo de educar el cerebro para mejorar la memoria y cambiar cómo estudiamos y aprendemos. A través de papers de renombre y anécdotas personales (lo que en el libro se denomina Memorias Científicas), Fabricio va explicando los misterios de la gran caja negra, la diversidad de memorias que presenta, las diferentes partes del cerebro que se activan con nuestras acciones (ya que “el cerebro no se comporta como un todo sino que se encuentra sectorizado en pequeñas regiones que cumplen tareas específicas”) y cómo trabajan nuestras neuronas.

Si bien el producto terminado es un libro entretenido, interesante y con un lenguaje accesible con contenidos científicos, para Fabricio el proceso de escritura no fue tan sencillo. “Fue estresante, al no tener experiencia pensé que los tiempos de escritura iban a ser mucho más rápidos, pensaba que en unos meses lo terminaría pero pasaba el tiempo y no avanzaba. Desde la editorial me habían dado ocho meses de plazo para entregarlo. Finalmente, me tomé las vacaciones del laboratorio –enero y febrero 2015- para escribir el libro, estuve un mes escribiendo y otro con correcciones”, cuenta Ballarini, que trabajó con la edición del periodista Martín De Ambrosio. Lo escribió en su departamento, llegó a pasar más de diez horas con su computadora en la cama –“en una posición horrible”- y solo conseguía una carilla, pero finalmente lo logró.

Su principal temor a la hora de escribir REC fue ser “muy científico o técnico por un lado, o caer en algo muy simplista. Encontrar un lenguaje intermedio me costó, ser riguroso a nivel científico pero accesible para llegar tanto a la gente de ciencia como al docente”. Un dato de color no menor es que Fabricio canalizaba su sensación de no poder avanzar con el libro en la ducha, dónde compaginaba su día, pensaba qué ejemplos utilizar o qué tenía para contar. Una imagen similar a la de sus años de estudiante, donde utilizaba los azulejos del baño para repasar fórmulas matemáticas.

La novedad como estrategia educativa

En REC, Fabricio relata detalladamente cómo fue el protocolo que creó junto a sus colegas para confirmar la hipótesis de que la memoria de los estudiantes puede mejorar a partir de un efecto de sorpresa, ya que un evento novedoso ayuda a almacenar información de sucesos cercanos.

Así nació la idea de mejorar un aprendizaje literario asociándolo con una situación novedosa: una clase de ciencia. ¿Cómo fue el protocolo? Las maestras de dos divisiones de un mismo año debían leer un cuento a sus alumnos por única vez. Una de las divisiones, luego de la lectura, siguió de manera regular con su día escolar. Al otro grupo de alumnos, en cambio, se le brindó –sin previo aviso- una clase novedosa de ciencia, una hora después de la lectura.

Al día siguiente, las maestras evaluaron cuánto recordaban sus alumnos los contenidos de los cuentos. ¿Cuál fue el resultado? La hipótesis de Ballarini se confirmó: los que recibieron la clase novedosa recordaban con más detalles la historia, gracias a los efectos de la novedad sobre la memoria literaria. Luego expandieron este experimento en muchos colegios más de la provincia de Buenos Aires.

Durante todo este proceso, Fabricio no dejó de sorprenderse ya que pensaba que los docentes no iban a tomar a bien su intervención en los colegios. Sin embargo, notó un gran entusiasmo y necesidad de actualización, de aprender nuevos conocimientos y metodologías de enseñanza. “Para mí el cambio viene de la mano de que el docente tenga pensamiento crítico, que se pregunte si realmente tal metodología funciona y de dónde viene tal resultado”. Por lo tanto, la clase novedosa podía ser una buena herramienta para revolucionar la enseñanza en el aula.

La experiencia fue fundante para que Fabricio se convirtiera en divulgador científico: “Como el resultado de mis experimentos era en escuelas me pareció interesante y justo contárselo a los docentes, y para eso había que encontrar una manera muy simple de explicar algo complejo en un período de tiempo muy corto. Me empezó a picar la idea de `está bueno contar ciencia, hay mucha gente interesada`. Eso devino en Educando al Cerebro y esos experimentos se transformaron luego en las columnas de la radio y, sin querer, estaba metido en una estructura de comunicación científica que no había planeado. Como ya tenía en la cabeza esa manera fácil de contar mi historia, el libro fue la consecuencia”.

Pero la novedad y la sorpresa también forman parte de su vida; las actividades de divulgación que realiza no son obra de la casualidad sino de una actitud que él toma frente a cada desafío: “Soy una persona que busca todo el tiempo sorprenderse. Le digo sí a un montón de proyectos, si sos permeable a nuevas propuestas es mucho más probable que te sorprendas. Me sorprendió Educando al Cerebro, la radio, el libro, las reacciones de los docentes, las charlas que dí en Tecnópolis. La sorpresa está en asumir el riesgo y salir a buscarlo”.

*Fabricio Ballarini estará presentando su libro REC el sábado 23 de abril a las 14:00 hs. en el stand 1017 -Pabellón Verde- de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires.

ENTRE PARÉNTESIS
Todos los científicos, en algún momento de su carrera, deben volcar parte de sus investigaciones al papel. Para algunos es un desafío grande, otros manejan el lenguaje como peces en el agua. Hay quienes se entusiasman tanto que hasta pegan el salto hacia otros géneros literarios –como la ficción, y otros que prefieren asesorar a escritores desde sus competencias científicas. Entre Paréntesis se propone como una sección cultural del CONICET desde donde dialogar con aquellos científicos que también forman parte de los anaqueles de las librerías.

Fuente: Prensa CONICET