La Patagonia, extendida entre Chile y Argentina, alberga algunas de las áreas silvestres mejor conservadas del planeta. Sus pastizales naturales comprenden casi el 30 por ciento de América, al tiempo que sus bosques templados desempeñan un papel fundamental en la regulación del agua, influyen en la captura y almacenamiento de carbono, y son ampliamente reconocidos por su valor eco-turístico. Sin embargo, muchos de estos servicios ecosistémicos a menudo son ignorados en los mercados económicos, las políticas gubernamentales y las prácticas de gestión de la tierra. En este contexto, Pablo Luis Peri y Guillermo Martínez Pastur, investigadores del CONICET, junto con Laura Nahuelhual, investigadora de la Fundación Bariloche y el Centro de Investigación: Dinámica de Ecosistemas Marinos de Altas Latitudes (IDEAL) de Chile, lideraron la edición del libro Ecosystem services in Patagonia. El volumen analiza, desde las ciencias naturales y sociales, la manera en que las sociedades chilena y argentina se benefician y valoran los diferentes recursos naturales de la región.
La obra, que se encuentra organizada en veintidós capítulos, reúne las investigaciones de científicos argentinos y chilenos con el objetivo de brindar herramientas a los tomadores de decisiones. “Buscamos que el libro sea un aporte a la gestión, por lo cual cada capítulo tiene una fuerte aplicación en el terreno”, afirma Guillermo Martínez Pastur, investigador principal del CONICET en el Centro Austral de Investigaciones Científicas (CADIC, CONICET).
Martínez Pastur advierte la complejidad que encierra el concepto de servicios ecosistémicos “ya que se aborda desde la perspectiva del hombre y del uso que este puede hacer de los recursos que le brinda la naturaleza”. Según el investigador, las distintas personas toman estos servicios para sus necesidades de provisión, regulación, soporte y cultura, variando las perspectivas de acuerdo al rol social de cada una.
Los autores relacionan los servicios culturales con las percepciones espirituales que puedan tener las personas respecto de los ecosistemas naturales. Por este motivo, la publicación no excluye la cuestión de los imaginarios: “Existen imaginarios sobre los ecosistemas naturales que muchas veces pueden cambiar el uso que, posteriormente, se hace de ellos”, explica Martínez Pastur. Y agrega: “Que las plantaciones sean vistas como mejores alternativas que los bosques nativos o que debemos ser necesariamente un país ganadero son precisamente imaginarios instalados en nuestra sociedad”.
Debido a la amplitud de recursos que pueden tomarse de los ecosistemas naturales, los investigadores buscaron abordar la problemática de una forma integral: “No solamente cuantificamos y mapeamos los distintos servicios ecosistémicos, sino que dimos un paso más allá y buscamos transformar los diagnósticos en propuestas de gestión concretas y factibles de implementar”, afirma Martínez Pastur.
Así, el volumen que trasciende fronteras evidencia los espacios vacíos que existen, tanto en el conocimiento como en el uso actual de los recursos naturales, con el objetivo de contribuir a reorientar la gestión y la legislación de las próximas décadas. “Este libro tal vez permita generar las bases para la creación de una agenda binacional en el tema”, reflexiona el científico.
Por Yasmín Noel Daus
