Ecosistemas percibidos como “no amenazados” también deben ser una prioridad en los esfuerzos de conservación
Esa es la idea que Amy Austin y Carlos Ballaré, especialistas del CONICET, discuten en un artículo publicado en Current Biology, tras advertir que en extensas regiones boscosas del mundo, el cambio climático y las introducciones de especies están alterando el equilibrio entre las plantas y los organismos que las consumen.